El trasplante de un órgano a un receptor proporciona APC que expresan moléculas HLA del donante. Las células dendríticas migran a los ganglios linfáticos regionales, donde son reconocidas por los linfocitos T del receptor que circulan por los ganglios linfáticos periféricos (alorreconocimiento directo).
Las células dendríticas del receptor pueden migrar también al injerto o los aloantígenos del injerto pueden viajar a los ganglios linfáticos para ser capturados y presentados por las APC del receptor (alorreconocimiento indirecto).
Para que se produzca el fenómeno de rechazo, es necesario en un primer momento que el sistema inmune propio reconozca las moléculas HLA extrañas por alguna de los dos vías anteriores. Pero en un segundo paso es necesario que se produzca el ataque al órgano trasplantado por las células que se han estimulado. A continuación trataremos cómo las células efectoras llegan al órgano trasplantado y se produce la destrucción de este.
El trasplante de un órgano implica que el sistema inmunitario del receptor se enfrentará a células que expresan en muchos casos moléculas de histocompatibilidad distintas (moléculas alogénicas) y por tanto susceptibles de ser reconocidas como extrañas. A este fenómeno se le denomina alorreconocimiento y consiste en el proceso por el cual los linfocitos T del receptor de un trasplante reconocen las moléculas de histocompatibilidad del órgano trasplantado.
Las principales células implicadas en este reconocimiento son los linfocitos TCD4 y TCD8 que reconocen a los aloantígenos del injerto trasplantado y que, una vez debidamente presentados por células dendríticas, se activan y proliferan. Estas células actúan reconociendo a las moléculas de histocompatibilidad mediante su TCR, pero en otros casos todavía no muy bien estudiados, en trasplante, estas células reconocen las moléculas de histocompatibilidad mediante receptores inhibidores conocidos como receptores KIR. El reconocimiento alogénico se produce principalmente en los ganglios linfáticos del receptor por la migración de células dendríticas del donante. En general se piensa que este reconocimiento se puede realizar por dos vías distintas:
· Alorreconocimiento directo: La vía directa implica el reconocimiento de las moléculas HLA intactas presentadas por las células presentadoras de antígenos del donante (APC) existentes en el injerto.
· Alorreconocimiento indirecto: La vía indirecta supone el procesamiento de las moléculas HLA del donante por parte de las APC del receptor y la presentación de los péptidos derivados de las moléculas HLA asociadas a moléculas HLA propias.
Existen cuatro tipos de rechazo:
Rechazo hiperagudo: Ocurre tan pronto como el órgano donado se introduce en el cuerpo, sucede horas o incluso minutos después del trasplante. Hay una respuesta inmune al momento debido a que el cuerpo ya tiene anticuerpos preformados. Sólo sucede si ya existen anticuerpos en el cuerpo del receptor que reaccionan ante el nuevo órgano, lo cual puede ocurrir si los grupos sanguíneos de donante y receptor son incompatibles. Esto casi nunca sucede, dado que los equipos médicos realizan pruebas para conocer la compatibilidad antes de elegir el donante. Si sucediera este tipo de rechazo, lo más probable es que el receptor muriera en el quirófano.
Rechazo agudo:Se produce en el primer mes post-trasplante, o incluso pocas semanas después, cuando el cuerpo ha tenido tiempo de reconocer el órgano extraño. Es la respuesta inmunitaria normal ante el material extraño que se debe a una respuesta celular contra el órgano. Al paciente se le administran esteroides y anticuerpos monoclonales. Como es de mal pronóstico, el paciente vuelve a estar en lista de espera para cambiar ese órgano por otro.
Rechazo acelerado: Se manifiesta durante los primeros días tras el trasplante. Este tipo de rechazo, como el anterior, se suele producir debido a la existencia de anticuerpos preexistentes en el suero del receptor frente a las moléculas HLA del donante.
Rechazo crónico: Es un rechazo gradual, que puede durar meses o años. Puede ser tan sutil, que el paciente no note sus efectos durante un tiempo. Se caracteriza por una pérdida gradual de la función del órgano. Puede suceder semanas, meses o años después del trasplante.
Rechazo crónico: Es un rechazo gradual, que puede durar meses o años. Puede ser tan sutil, que el paciente no note sus efectos durante un tiempo. Se caracteriza por una pérdida gradual de la función del órgano. Puede suceder semanas, meses o años después del trasplante.
Uha infoirmación relacionando nuestros temas, que resulta fundamental al tratar sobre el rechazo de los trasplantes, ya que los linfocitos son la parte principal que tratan principalmente sobre la respueta inmunologica adquirida, en donde se atacan a patogenos que resultan extraños para ellos o para el cuerpo mismo :
ResponderEliminarEl rechazo de un injerto se produce por el reconocimiento que el huésped hace del tejido
injertado como extraño. En el hombre, los antígenos responsables del rechazo son los del
Sistema Principal de Histocompatibilidad (HLA o CMH). Es un proceso complejo en el que
intervienen tanto la inmunidad de tipo celular como los anticuerpos circulantes.
El papel de las células T en el rechazo de los transplantes fue comprobado tanto en el hombre
como en los animales de experimentación. La destrucción del injerto ocurre con la
participación de células CD8+ y CD4+.
Mucha gracias por la informacion que nos brindas,seguiremos investigando sobre el tema para poder impartir mayor información.
ResponderEliminarGracias por tu comentario,sigue visitandonos.